La vitamina B12 se sintetiza en los intestinos de los animales gracias a la acción de determinadas bacterias. En los humanos, esta síntesis tiene lugar en zonas muy distales al lugar de absorción fisiológica de la vitamina, por lo que, en su práctica totalidad, se elimina por las heces sin poderla utilizar, por lo que debe aportarse necesariamente por los alimentos. Aunque las proteínas animales son la principal fuente de cobalamina, existen algunos alimentos de origen no animal con vitamina B12 que pueden aportar discretas cantidades de cobalamina.
Alimentos fortificados
A pesar de que las frutas son ricas en vitaminas del grupo B, especialmente el plátano, las almendras, las nueces, el níspero, la naranja, la granada, el kiwi, la papaya o el maracuyá. Ninguna de éstas contiene, de manera natural, vitamina B12, salvo que no las laváramos y estuvieran contaminadas por los microorganismos sintetizadores presentes en la tierra o en el agua. Sin embargo, en las tiendas de alimentación, sí que pueden encontrarse zumos de fruta con altas concentraciones de cobalamina, que se han añadido durante el proceso de elaboración. También latas de fruta en almíbar fortificada con vitamina B12. De todos modos, la fruta contiene sustancias indispensables para la correcta absorción de la vitamina B12, por lo que su consumo diario es indispensable.
Las bebidas vegetales (p. ej., soja) enriquecidas con vitamina B12 o las galletas fortificadas podrían considerarse como fuentes de cobalamina, aunque los suplementos de vitamina B12 serían una opción mucho más efectiva, práctica y económica.
La levadura nutricional enriquecida con vitamina B12, una levadura inactiva cultivada para su uso como producto alimentario, es una excelente alternativa a las fuentes animales de cobalamina.
Los cereales fortificados podrían ser también otra opción para ingerir vitamina B12 en buenas cantidades, pero hay que ir con cuidado, porque son productos procesados que contienen también importantes proporciones de azúcar o grasas saturadas.
Algas
La espirulina, la nori, la kombu o la wakame son algunos ejemplos de algas con vitamina B12, aunque debe tenerse en cuenta que en ocasiones esta vitamina se encuentra en una formulación biológicamente inactiva y, por lo tanto, poco aprovechable.
Fermentados
Productos fermentados de la soja (miso y tempeh) o de la col (chucrut) son fuente de vitamina B12. De todos modos investigaciones llevadas a cabo en los últimos años indican que contienen análogos inactivos de la vitamina B12, que no sólo no harían la acción esperada, sino que podrían bloquear el correcto funcionamiento de la vitamina, por lo que no serían una elección demasiado acertada, siendo mucho más correcto, nuevamente, recurrir a los suplementos alimenticios en caso de no querer ingerir proteína animal.