Vitamina B para el dolor de espalda: ¿cómo puede ayudar?

19 enero, 2021
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El dolor de espalda es uno de los principales problemas de salud crónicos. Un elevado porcentaje de la población lo ha sufrido o lo sufrirá en algún momento de su vida, por distintos motivos y en diferentes intensidades, y cerca de la mitad se verá obligado a solicitar una baja laboral. Su abordaje es multidisciplinar y la vitamina B desempeña un importante papel en el mismo.

Vitaminas del complejo B en el dolor de espalda

Las vitaminas del complejo B, sobre todo B1 (tiamina), B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina) son una opción a tener en cuenta en caso de dolor de espalda.

La alteración de los valores de las vitaminas del complejo B, ya sea por un aumento de necesidades, ya sea por una reducción de su consumo o absorción, se relaciona claramente con el dolor y la inflamación, y son muchas las evidencias del efecto sinérgico de las vitaminas B1, B6 y B12 con los analgésicos (paracetamol y antiinflamatorios no esteroideos), que permite conseguir mejores resultados en menor tiempo, lo que disminuye considerablemente el riesgo de reacciones adversas.

Aunque no se conoce con certeza el mecanismo de acción de estas vitaminas, parece que podrían estabilizar la conducción nerviosa, regenerar nervios dañados, optimizar determinados mecanismos de control del dolor e incluso modular enzimas implicadas en los procesos inflamatorios. A dosis terapéuticas, se sabe que intervienen en el metabolismo de neurotransmisores y en la síntesis de mielina, lo que inhibe la transmisión medular del estímulo doloroso.

Las vitaminas del complejo B han demostrado, en varios estudios clínicos, su efecto antiálgico, al revertir o alterar los aspectos sensoriales de la intensidad del dolor, sobre todo cuando se administran conjuntamente.

Los alimentos (levadura de cerveza, germen de trigo, semillas de girasol, cacahuetes con piel, habas de soja seca, etc. en el caso de la vitamina B1; levadura de cerveza, pipas de girasol, germen de trigo, atún o hígado de vacuno en el caso de la vitamina B6, y productos animales, pescado y huevos en el caso de la vitamina B12, o leches vegetales, productos de soja y cereales enriquecidos con cobalamina en el caso de los veganos) y los complementos alimentarios son las fuentes de estas vitaminas del complejo B que, bien administradas, puede ayudar a prevenir o a mejorar el dolor de espalda.

Consejos para mejorar el dolor de espalda

 

La espalda, formada por un conjunto de vasos sanguíneos, nervios, músculos, huesos, ligamentos y tendones interconectados, sostiene al cuerpo, permite su movimiento, mantiene estable el centro de gravedad y protege a la médula espinal.

Las sobrecargas y contracturas musculares, las hernias discales, los nervios pinzados o las deformaciones de la columna vertebral, entre otras, son algunas de las causas del dolor de espalda, que, en muchas ocasiones, es el reflejo de los malos hábitos de vida actuales (estrés, vicios posturales, vida sedentaria y menos ejercicio).

Unos hábitos adecuados permitirán prevenir o mejorar las molestias de esta zona. Mantener una posición corporal correcta —tanto al estar sentados, como de pie, como durmiendo—, usar un calzado cómodo y sin tacones altos, evitar el sobrepeso, realizar estiramientos, practicar deporte y adoptar unas condiciones ergonómicas favorables al manipular cargas son algunas de las medidas que ayudarán a conservar la espalda en buenas condiciones.

Respecto al deporte, clave para cuidar la espalda al permitir mejorar su elasticidad y su flexibilidad, destaca la natación, ejercicio por excelencia en caso de padecer dolor de espalda siempre y cuando se tenga una técnica adecuada. Correr con un calzado apropiado sobre arena o hierba, para disminuir el impacto de la pisada, es otra alternativa eficaz, sin olvidar la bicicleta, siempre que se ajuste a la altura, se adopte una buena posición y se eviten los terrenos irregulares. Las sentadillas, el pilates, la marcha nórdica y la danza del vientre son otras opciones de menor impacto que pueden ser de elección en personas con menos condiciones físicas previas.

Si todas estas medidas preventivas fallan y se instaura el dolor de espalda, las fajas, la terapia frío-calor, el tratamiento rehabilitador, los fármacos (antiinflamatorios y analgésicos) y los complementos alimenticios (complejo vitamínico de B1, B6 y B12) deberán tenerse en cuenta, por supuesto siempre bajo la supervisión de un especialista.

Dra. Iolanda Miró i Vinaixa

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