La cervicalgia es el dolor de espalda que se manifiesta en la zona del cuello. En ocasiones, puede extenderse por la espalda y los brazos. Tras la lumbalgia o el dolor lumbar, la cervicalgia es una de las causas de consulta más frecuentes al médico de familia. Aquí te explicamos en qué consiste exactamente la cervicalgia, sus tipos, causas y cómo prevenirla.
¿Qué es la cervicalgia y a cuánta gente afecta?
La cervicalgia es el dolor que afecta a la zona cervical. Puede extenderse desde el cuello hasta la cabeza y los brazos y limitar parcial o totalmente los movimientos de la zona.
Podemos distinguir entre cervicalgias agudas (si duran menos de 3 meses) o crónicas (si duran más de 3 meses). También podemos hablar de cervicalgias recurrentes, esto es, cuando los síntomas aparecen y desaparecen en diferentes periodos.
Se estima que la cervicalgia afecta hasta a un 10 % de la población, y una cuarta parte de estas personas sufren dolores cervicales crónicos o recurrentes. Es un motivo muy frecuente de consulta al médico y a menudo genera bajas laborales.
La mayor parte de las cervicalgias (alrededor del 90 %) tienen un origen mecánico, por ejemplo, malas posturas, cargar pesos excesivos o tensiones en la zona. También son frecuentes las alteraciones psicológicas causadas por estrés, ansiedad o depresión.
Anatomía de la zona cervical
Para entender por qué puede producirse el dolor de cuello, debemos conocer cuáles son las estructuras anatómicas de esta zona y cuál es su función:
- La columna vertebral cervical: está formada por las vértebras cervicales, que son 7 huesos superpuestos. Su función principal es la de soporte (en este caso, de la cabeza), pero también destacan por su elevada movilidad.
- El atlas: es la primera vértebra de la columna y sirve como eje para que la cabeza pueda moverse hacia delante y hacia detrás. Es mucho más pequeña que las vértebras normales.
- El axis: es la segunda vértebra y la más fuerte. Funciona como punto de apoyo para que el atlas pueda moverse y para permitir que giremos la cabeza hacia los lados.
- Los discos invertebrales: son unas estructuras amortiguadoras que se encuentran entre las vértebras cervicales (salvo el atlas y el axis).
- La médula espinal: es un gran cordón nervioso del que nacen los nervios encargados de transmitir sus impulsos por todo el cuerpo.
- Los ligamentos: son las estructuras encargadas de unir las vértebras cervicales entre sí.
- Los grupos musculares: hay varios grupos musculares importantes que se encargan de proteger la columna cervical, tanto en la parte anterior del cuello como en la parte posterior o de la nuca.
¿Qué tipos de dolor cervical hay y cuáles son sus síntomas?
Podemos distinguir 4 grandes tipos de cervicalgias:
- Cervicalgia postural, funcional o miofascial: causa un dolor cervical localizado en torno al eje de la columna, y que puede extenderse hacia la cabeza, los hombros y la zona escapular. Se da con frecuencia en pacientes jóvenes, sobre todo en mujeres. Es un dolor difuso y en el que las radiografías no muestran ninguna alteración.
- Cervicalgia osteoarticular o discal: es un dolor provocado por un sobreesfuerzo o un traumatismo que genera un daño en las articulaciones entre huesos o los discos intervertebrales. El dolor se localiza en torno al eje de la columna y puede generar contracturas. En este caso es posible que las radiografías muestren lesiones, pero no siempre pueden identificarse.
- Cervicalgia radicular o cervicobralgia: es un dolor causado por la afectación de un nervio cervical, por lo que causa un dolor que se irradia a lo largo de su recorrido. Su origen más frecuente son las hernias discales y a menudo puede detectarse con una radiografía.
- Síndrome del latigazo cervical: es el dolor cervical que aparece tras un accidente de tráfico. Mezcla características de la cervicalgia miofascial y osteoarticular, pero tiene más tendencia a volverse crónico.
¿Cuáles son las principales causas de la cervicalgia?
- Las distensiones musculares y los esguinces: estiramientos excesivos de los músculos, ligamentos y articulaciones de la zona, que incluso pueden llegar a generar desgarros y roturas.
- El desgaste de los discos intervertebrales: se produce cuando se va perdiendo elasticidad en los discos y eso provoca una degeneración progresiva de las vértebras.
- La hernia discal cervical: es el desplazamiento de los discos intervertebrales con respecto a su posición correcta.
- Las alteraciones de las raíces nerviosas: se producen por la compresión, inflamación o lesión de alguno de los nervios de la columna cervical.
- La estenosis o estrechamiento de las vértebras cervicales.
- Las infecciones que afectan a la región cervical.
¿Cómo podemos prevenir el dolor cervical?
Estas sencillas pautas nos ayudarán a prevenir las cervicalgias y mantener sana nuestra espalda:
- Escoger sillas con reposacabezas. La silla debe estar cerca de la mesa de trabajo y a una altura adecuada para no encorvarnos. Hay que evitar sentarse al borde de la silla y cruzar las piernas durante mucho tiempo.
- Evitar hablar por teléfono sujetándolo entre el hombro levantado y la cabeza inclinada.
- Evitar el exceso de peso en mochilas y bolsos (no más del 15 % de nuestro peso corporal en mochilas y 10 % en bolsos).
- No cargar ni transportar peso con la espalda flexionada; en su lugar, debemos agacharnos flexionando las rodillas y con la espalda recta.