La lumbalgia es el dolor de espalda que se manifiesta en la zona baja de la columna, esto es, la zona lumbar. Afecta a un 70-80 % de la población general al menos una vez en la vida, por lo que se trata del dolor de espalda más común. Aquí te explicamos en qué consiste exactamente la lumbalgia, sus síntomas, causas y cómo prevenirla.
¿Qué es la lumbalgia y a cuánta gente afecta?
La lumbalgia es la sensación dolorosa que afecta a la columna lumbar. Podemos distinguir entre lumbalgia aguda (si dura menos de 3 meses) o crónica (si dura más de 3).
El dolor lumbar afecta al 70-80 % de la población al menos una vez en la vida y puede llegar a ser un trastorno muy incapacitante.
Solo el 10-15 % de las lumbalgias tienen un origen claro, debido a una alteración de alguna de las estructuras anatómicas de la zona, como la compresión de los nervios, el desplazamiento de los huesos o la rotura de músculos y ligamentos. En el resto de casos no podemos identificar una alteración visible, por lo que hablamos de lumbalgias idiopáticas o de origen desconocido.
Anatomía de la zona lumbar
Para entender por qué puede producirse el dolor lumbar, debemos conocer cuáles son las estructuras anatómicas de esta zona y cuál es su función:
- La columna vertebral lumbar: está compuesta por 5 vértebras lumbares, unos huesos grandes y sólidos que están dispuestos unos sobre otros y unidos entre sí por unas estructuras amortiguadoras llamadas discos intervertebrales.
- La médula espinal: es un gran cordón nervioso del que nacen los nervios encargados de transmitir sus impulsos por todo el cuerpo. Pasa a través del canal medular de la columna vertebral y termina a la altura de la primera vértebra lumbar. Ahí es donde nace la llamada “cola de caballo”, un conjunto de raíces nerviosas que transmiten los impulsos de las extremidades inferiores.
- Los ligamentos: son las estructuras encargadas de unir las vértebras lumbares entre sí.
- Los grupos musculares: hay varios grupos musculares importantes que se encargan de proteger la columna lumbar, como los lumbares, los abdominales, el psoas y la parte superior del piramidal.
Síntomas y factores de riesgo de la lumbalgia
Los dolores lumbares pueden ser muy diferentes en cada paciente. Por ejemplo, podemos encontrar lumbalgias agudas y punzantes, o más suaves y relacionadas con movimientos concretos. En algunos casos están muy localizadas, en otros son más generales e incluso pueden irradiar al glúteo o descender por la pierna.
Si el dolor lumbar se da en combinación con uno o varios de estos síntomas, es necesario acudir al médico lo antes posible:
- El dolor se irradia por la pierna hasta más abajo de la rodilla.
- Se asocia a una lesión conocida.
- Es incapacitante hasta el punto de que el paciente no puede moverse.
- Se acompaña de síntomas generales como fiebre, escalofríos, dolor de estómago, náuseas o vómitos.
- Aparece junto con entumecimiento de las piernas o los pies.
- Se acompaña de dolor rectal o estreñimiento repentino.
- No mejora con el reposo o los analgésicos tras 2 o 3 semanas.
Además, debemos saber que existen una serie de factores de riesgo que pueden agravar el dolor de espalda. Algunos de los más importantes son:
- La edad. La lumbalgia suele aparecer entre los 30 y los 50 años y se agrava a partir de esa edad.
- El sedentarismo. La falta de actividad física es uno de los factores de riesgo más importantes de la lumbalgia, ya que la debilidad muscular genera inestabilidad en la columna y da lugar a malas posturas.
- El sobrepeso o la obesidad, puesto que generan una presión excesiva sobre la espalda.
- El embarazo.
- Los trabajos con esfuerzos físicos como levantar peso, mover o empujar objetos o estar en contacto con vibraciones.
- Los factores genéticos.
¿Cuáles son las principales causas de la lumbalgia?
- Las distensiones musculares y esguinces: estiramientos excesivos de los músculos y los ligamentos, que incluso pueden llegar a generar desgarros y roturas.
- El desgaste de los discos intervertebrales: se produce cuando se pierde elasticidad en los discos y provoca una degeneración vertebral progresiva.
- Las hernias discales o desplazamiento de los discos intervertebrales.
- La ciática y otras alteraciones nerviosas: se deben a la compresión, inflamación o lesión de un nervio que nace en la columna lumbar.
- Las luxaciones: se producen cuando un hueso de la zona lumbar se desplaza de su posición normal en la articulación.
- Otras causas: aquí entrarían enfermedades como la artrosis, la estenosis o estrechamiento de las vértebras lumbares o enfermedades sistémicas o infecciones que afecten a la zona baja de la espalda.
¿Cómo podemos prevenir el dolor lumbar?
Además de evitar los factores de riesgo que hemos comentado anteriormente, estas sencillas pautas nos ayudarán a prevenir el dolor lumbar y mantener sana nuestra espalda:
- Escoger sillas con respaldo recto o con adaptaciones a la zona lumbar, sobre todo si vamos a utilizarlas durante muchas horas. Los pies deben estar apoyados en el suelo en todo momento.
- Mantener una buena postura al estar de pie, sin arquear ni ladear los pies ni la espalda.
- Intentar dormir de lado y con las rodillas ligeramente dobladas. Si no se puede evitar dormir boca arriba, es recomendable poner una almohada pequeña bajo las rodillas y en la zona lumbar.
- Hacer ejercicios de estiramiento de espalda después del ejercicio físico. Los estiramientos deben ser suaves y progresivos, trabajando todos los músculos y ligamentos que hemos empleado durante el esfuerzo.