Dormir es algo fundamental para un adecuado estado de nuestra salud. No hacerlo las suficientes horas o hacerlo mal puede suponer un grave riesgo para la salud, como indica la Organización Mundial de la Salud. Haciendo cuentas, casi un tercio de nuestro día lo deberíamos pasar durmiendo. Por lo tanto, dedicamos muchas horas seguidas a esta acción. Adoptar una mala posición cuando dormimos, puede acabar pasando factura a nuestra espalda. Por eso, una adecuada higiene postural es determinante para no terminar lamentándonos después.
¿Cuál es entonces la mejor postura para dormir? Aquí es donde los expertos no acaban de ponerse del todo de acuerdo. Hay ventajas y desventajas en cada una de las posturas y no existe la postura perfecta para todo el mundo. Las circunstancias personales de cada uno, como dolencias de espalda o problemas respiratorios, pueden necesitar que adaptemos nuestra postura a la hora de dormir.
En general, hemos de tener en cuenta que el eje de nuestra espalda es la columna vertebral. Esta está diseñada con toda una serie de curvaturas pensadas para repartir una determinada carga y presión, por lo cual a la hora de dormir será adecuado mantenerlas. La postura que adoptemos también puede influir en determinados procesos fisiológicos, con lo que hemos de tenerlos en cuenta también a la hora de decidirnos.
Aunque no existe un consenso general entre los expertos sobre cual es la postura perfecta, en general se tiende a aconsejar lo que se conoce como decúbito lateral o posición lateral. Esta postura ayuda a evitar el dolor cervical y de espalda, disminuye los ronquidos y mejora la respiración. Dormir sobre el lateral izquierdo también favorece la reducción del reflujo gastroesofágico y recientes estudios han demostrado que además ayuda a los procesos linfáticos, los encargados de limpiar los desechos del sistema nervioso.
En las embarazadas esta también es la postura más aconsejable, ya impide la compresión de la vena cava y favorece el estado circulatorio de la placenta. Para las personas que padecen lumbalgia también es la postura más recomendable.
Sin embargo, esta posición no está libre de contras. El cuerpo puede acabar reposando de forma excesiva sobre las extremidades, causando presión y estrés tanto en los nervios como en los músculos del brazo. Por eso, si hay algún tipo de lesión en el hombro, no es muy recomendable. Otro inconveniente que tiene es que la piel de la cara sufre un excesivo rozamiento, favoreciendo la aparición de arrugas.
Otra postura que también es aceptable es la denominada decúbito supino o boca arriba. En esta posición se previene el dolor de cuello y de espalda ya que la columna reposa recta y sin forzarse. Por el contrario, favorece los ronquidos y las apneas de sueño. Aquellas personas que padecen de reflujo también pueden ver como empeora su condición con esta posición.
Sobre lo que parece haber más acuerdo en general es en el tema de las posturas desaconsejadas. Y en este caso, el decúbito prono o boca abajo es la que más detractores tiene. En este caso se produce mucho estrés en la zona del cuello, por la excesiva rotación de la columna. Afecta de esta forma tanto la musculatura como a las articulaciones y nervios del cuello y puede acabar ocasionando tendinitis, lumbalgia o dolor de cervicales. En el caso de los niños recién nacidos también se desaconseja pues parece estar relacionada con una mayor incidencia de la muerte súbita.
Te aconsejamos seguir estas recomendaciones y te deseamos un feliz descanso.
Jordi Martínez, fisioterapeuta
Número de colegiado 5188 del Colegio de Fisioterapeutas de Catalunya